29.5.08

174 - El hombre que desayunó un churro

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¿Responden los títulos de las grandes obras de la literatura universal al contenido de las mismas?

En mi modesta opinión, no. No responden. Por otra parte, este juicio puede ser temerario ya que no está basado en la lectura de todas ellas.

Veamos algunos ejemplos que, aunque no necesariamente tengan que ser grandes obras literarias, los he seleccionado por que los he leído.

En “El principio de Peter”, Lawrence Peter desarrolla su célebre principio, con ingenio pero ¿cuál es el principio?. Cessare de Beccaria, en su obra “De los delitos y las penas” nos aporta una visión qué, desde el siglo XVII, conmueve el mundo de la justicia. No obstante, el título no indica nada acerca de los delitos de los que trata ni de las penas que se aplican. Entre nosotros, introduce el principio de proporcionalidad y eso es suficiente motivo para leer el libro, pero eso se sabe después.

Limbo” es un título que en sí no proporciona ninguna pista. Pero tampoco “1984” o “Un mundo feliz”. Los tres, Wolfe, Orwell y Huxley nos hablan de mundos a los que, en cierto modo ya hemos llegado. Que conste, lo sabemos por la lectura de las obras, no por el título. Ah, y ¿qué se me puede decir de “Utopía”? Tampoco Tomás Moro es muy claro en el título. ¿A qué utopía se refiere? Modestamente, sin ser Tomás Moro, yo convivo con muchas utopías. ¿Convivo o sobrevivo?

¿Dice algo “Walden Dos”?. No sé en que estaría pensando B.F. Skinner cuando escogió ese título. Bueno, sí lo sé. Pero juego con ventaja, antes había leído “Ciencia y conducta humana”, sobre conductismo, algo que siempre me ha fascinado (aunque ahora no esté en auge).

Y no digamos nada de “¿Qué dice usted de después de decir hola?”, de Eric Berne, magnífico tratado de psicoterapia. Admitamos que con ese título no puede ser un libro serio y, sin embargo, es estudiado en muchas universidades (me cuentan los que saben que las hay). El libro me encantó pero no quiero que eso desvirtúe mi argumentación para llegar al churro.

Un ejemplo típico, conocido desde nuestros años escolares, es “El Quijote” (título muy abreviado para ahorrar unas cuantas palabras en un título que es de por sí larguísimo y muchas veces no cabe en una línea según sea el tamaño de la letra). Pues bien, es un claro exponente de cómo un título puede estar cargado de mucha semiología. Nunca tuve claro si se refería al Canal de la Mancha o a La Mancha, región española, ahora autonómica que linda al norte con... etc. Y diría más. ¿Sería tal vez un tratado sobre métodos naturales de limpieza?. Bien. Ahora lo sé. Me he leído el libro. Pero convengamos, el título se presta a inequívocos equívocos.

Resumiendo. Unos títulos no dicen nada. Otros dicen mucho pero invitando a la confusión.

Todo este prólogo viene a cuento de una historia real, a la que se le ha puesto un título incuestionable. La historia de “El hombre que desayunó un churro” es clara. Podrá gustar, o no gustar. Hasta podrá dejarnos indiferentes. Pero todo el mundo podrá establecer una relación entre título y contenido.

A fin de poder juzgar por uno mismo, sin presiones, transcribo la historia completa, sin añadidos u omisiones.

“El hombre estaba sentado, con la mirada distraída. No recordaba nada de su pasado y, por su abstracción, tampoco parecía percibir el presente.
Algo, y no supo qué, le desvió de su abstracción y se encontró frente a un plato con un churro. Lo tomó con sus dedos pulgar e índice de la mano izquierda, era zurdo. Lo miró detenidamente y, por un momento, vio una taza con café humeante. No, era chocolate, pero él no lo percibió. Maquinalmente, introdujo el churro en el café caliente y se lo llevó a la boca. Lo masticó parsimoniosamente y entró... volvió al estado de abstracción inicial. No llegó a ser consciente de si había llegado a deglutir el churro. Se supone que lo hizo. El ya no estaba en el presente, pero tampoco en el futuro”.


Bien, de esta historia se deduce que conscientemente o no, el hombre desayunó un churro. Se debe precisar que la exactitud de la palabra “desayunó” es debida a que el autor de la historia da fe de que lo acontecido sucedió a las ocho horas y diecisiete minutos.

En cuanto al sexo, masculino, era una evidencia. Y respecto al churro, éste tenía todas las cualidades para serlo, aunque no se le hubiera espolvoreado azúcar por encima. El empleo del singular es también obvio. Era un churro, no dos ni tres o cualquier otra cantidad. Para despejar dudas, el autor se tomó la molestia de inmortalizarlo en una fotografía, a modo de notario mayor.

Concluyendo. Esta es de las pocas obras de la literatura universal, que haya encontrado, en la que existe una correspondencia exacta entre el título y lo relatado. Cierto que hay algunas concesiones a lo superfluo, para rellenar un poco y hacer la obra algo más extensa.

Desde estas líneas deseo felicitar al autor por el acierto obtenido. Nadie podrá llamarse a engaño cuando acuda a las librerías. Comprará el contenido exacto.
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174 - El hombre que desayunó un churro - OVNM/080529/
fotografía: un churro para un hombre

música: escuchas a Porcupine Tree en Trains, casi seis minutos de buena música

19 comentarios:

Romana Lopez dijo...

de toda la primera parte no te digo nada porque no me entero de casi nada ni lei nunca esos libros tan dificiles de nonbre que no tiene que ver con lo de dentro.ahora esa historia del churro del honbre me dejo turulata.estaba lellendolo y me sentia yo el mordiendo el churro.tienes razon aunque un poco adornado la historia es lo que dice el titulo.asin si me dan ganas de leer libros ¿ves?van a lo inportante y no miles de ojas aburridas.ya me diras el que lo escribio para ir a conprarlo.abrazos

Ivana Carina dijo...

Mucha razón tenés Ñoco con respecto al título y la obra en sí....
Varios chascos me he llevado por eso de "juzgar al libro por su portada" o en su defecto, por el título....

Y confieso que en mis años de adolescente, leía el final del libro para saber si me iba a gustar o no... aajajjaa! En serio!!! Nunca me falló!! Eso sí, por ahí me desilusionaba un poco, pero leerlo completo hacía que, al fin y al cabo, entendiera el porqué del final (valga la redundancia!)

Y confieso que al leer el título del post, no esperaba menos de el.... Y eso que no leí el final! jajaa!

Muy bueno suiti! Sobre todo la introducción!!! Tomé nota de varios autores que leeré aprovechando que my little sister trabaja en una biblioteca! ji ji jiii :P

xoxox♥♥♥

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Excelente análisis,lleno de una ironía definitiva( y definitoria) acerca de lo que hoy llamaríamos
"merchandising" o " packcaging" que me ha llevado ( nos ha llevado) a comprar y consumir estupideces durante casi toda nuestras vidas.Afortunadamente para algunos,casi al final de la misma,ya no nos preocupamos por el continente sino por el contenido.
Además de ser un título coherente,es totipotencial: además de venderte exactamente lo que promociona,te da hambre y favorece el consumo de un noble producto,tal y como es el churro,golosina casi tan devaluada por sus grasas como hoy el conductismo,escuela de cuyos ejercicios muchos se beneficiarían.bravo.
( de como uno puede escribir ante impensados estímulos. magia)

circe dijo...

Oye y lo que da de sí un churro!!!!....Te aseguro que en mi plato ....no hubiera durado ni un minuto....No hubiera dado tiempo ni a pensar en el título....
buena reflexión la de los títulos y los contenidos...Muchas veces éstos son más llamativos y más sugerente que luego la historia en sí...
Y.....sólo desayuno uno?????

Sureña dijo...

Es lo primero que pensaba hacer, felicitar al autor, cómo no... claro y conciso.

Y tras ese punto, me quedo sin palabras...

Besicos

Tesa Medina dijo...

Felicidades por la ironía el análisis y por la demostración de cómo uno se come un churro, lo documenta con una foto, lo cuenta y lo enuncia sin dar lugar a dudas sobre el contenido del enunciado.

Pero hoy, por las leyes del mercado y la competencia, el título es tan importante que a veces se elige antes independientemente del contenido.

Reconozco que un buen título me hace ir a curiosear lo que esconde detrás.

Recuerdo el de una novela de Paco Candel, que ya murió, que tituló uno de sus libros que hablaba de emigración en los barrios periféricos de Barcelona:

“Han matado a un hombre, han roto un paisaje”

¿No es precioso?

Besos, Ñoco

Unknown dijo...

brillante exposición, de aplastante lógica, me ha encantado! no te ha quedado para nada un "churro" de texto, ;-)

Benjuí dijo...

Varias conclusiones:
a) Yo tenía razón: el post anterior no trataba de ti.
b) Para eso están las contraportadas de los libros.
c) He leído la mayor parte de las obras que citas: debemos tener el mismo tipo de curiosidad lectora.
d) ¿Qué más da?
;))

Carlota dijo...

No es por nada, pero ese churro, el de tu foto, es una tentación ;). Dicho esto, a mí me gustan los libros que tras un título que no te dice nada muestran un tesoro, aunque no tenga el contenido que ver con el título, mejor, mayor la sorpresa. De todos modos, me ha encantado esta pequeña obra de arte de como se comió un churro un señor. Y lo que la adorna. Un besuco.

Aprendiza de risas dijo...

¿Me quieres decir Ñoco que haciendo el camino te viene esta inspiración para escribir un post como éste? ¿Y tienes tiempo? ¿Te metes en un ciber para poder subir el post?

No sé, no sé... Eres un peregrino im-presionante, de los de última generación...

:)

PD: A mí el título nunca me ha importado, pues una vez leido el libro se me ocurren tantos y tan diferentes al original, que para qué darle más importancia de la debida??

Besitos,

Mandarina azul dijo...

Visto lo visto y leído lo leído no me queda más que decir que yo titularía tu post "Post churro". Pero claro, quien no leyera su contenido podría pensar que te ha salido un churro, y nada más lejos de la realidad.
Así que quizá sería mejor titularlo "Post porra". Pero eso no me atrevo a decírtelo, por si me mandas a la ... ídem.

Muchos sosbe y... ¡viva la ironía del niño!

Te odio, que lo sepas. Me ha encantado hasta la música. ¡Qué asco de hombreeeeeee, siempre igual! ;)

Mityu dijo...

Un post encantador, por su ironía, por su sentido crítico exento de acidez, por su buen transitar de título en título.
Sólo una nota: "El hombre que desayunó un churro" no es una obra literaria universal... ejem... pero vamos, que nos ponemos el mundo por montera y palante ;)

Paco Becerro dijo...

Este comentario si que es un churro.

Debo estar alcanzando mi nivel de incopetencia (principio de Piter) (si me gusta con i más que con e, suena mejor)

Abrazos y buen camino.

Pista para Comillas, pelicula la herencia valdemar, guión adaptado de lovecraft. Buenos actores, mal guión. La Rubia un poco desesperada por mucho trabajo.
Me acercaré el 21 de junio.
¿te cuadra? Ellos siguen hasta finales de agosto.

Benjuí dijo...

Jó, con el churro...

RMS dijo...

Hola Ñoco, para empezar que manejo de luz de la foto. Y el churro, provoca hacer eso justamente con el café y quedarse absorto del gusto, que tiene buena pinta.
Esa ironía y la poquita de acidez que gusta. ¡Ayes!, con la apariencias. Y no, no eres para nada temerario. Vamos que el hábito no hace al monje y a nosotros algunas veces compramos monje y monasterio. Vacíos.
¡Y la música!.. ¡Esa guitarra!. Bueno, lindo.
Abrazo amigo.

Sintagma in Blue dijo...

Y sé de buena tinta que Ana Karenina se llamaba en realidad Dionisia López y era de Cuenca. ¡¡Marditos roedores!!

:-)

Benjuí dijo...

Eres un sol.
Gracias.

Marina dijo...

"lA CHICA QUE SOÑABA CO UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA" Este es el título del libro que estoy leyendo ahora, tiene 749 páginas y es un buen título, ya lo creo que lo es.
Muy bueno tu churro... el relato digo.
bsss
(último por hoy)

Contadora de Libros. dijo...

Me encanta, deberías retomar este saludable hábito de relatar, contar, expresar, transmitir. ...se te da muy bien.
Por cierto que antes no lo dije, la música que acompaña el post del perfume y el hombre de la gabardina era muy buena, pero la música de este post me gusta más aún!!!!
Has relatado con mucho sentido del humor, te felicito.
Un beso.