7.2.08

Días especiales


To LSLB and TMSTAS or the opposite way, two sensitive friends
***

Hay días del año que son especiales. Eso dicen. Alguien podría pensar que éste es un día especial. Para mi, no. Todavía no ha acabado la matanza de los Inocentes. Solamente tenemos que abrir cualquier página de cualquier periódico de cualquier parte del mundo, y podremos asistir, casi en directo, a la continuación de la mencionada matanza. Si sintonizamos cualquier cadena de TV., de cualquier parte del mundo, incluso podríamos asistir en tiempo real a lo mismo. Así que, que nadie se engañe. O lo paramos, o continuará hasta ElFinDelMundo. ¿Tienes algo que opinar?


Pero bueno, yo estaba aquí para otras cosas. Por ejemplo, para mí si que es un día especial. Lo titularía Dec 28th. Y se entiende.


Venía de pagar una gruesa factura, y el que paga descansa mientras el que cobra descansa más, cuando recordé que tenía que comprar un tubo de silicona. Entré en el primer sitio que encontré. Una tienda tipo todoacientodoauneuro, algo así como de liquidaciones por siniestros y, pues no tenían silicona, bueno si, en tubo grande. Ya, pero yo solo necesitaba para cuatro o cinco centímetros cuadrados. Pues no lo compré, el tubo grande.


Mientras merodeaba por la tienda, absorto en la voz de Laurie Anderson (me casaría con su voz), una voz que no necesitas entender, distraídamente miraba (distraídamente) estanterías de cosas inútiles, totalmente inútiles, radicalmente inútiles, pero de esas que sacian, como un buen caldo gallego, fabada asturiana, pote lebaniego, cocido montañés, no sigo, sé más. Sacian y sacian hasta el hartazgo la necesidad de consumir. Que felicidad, con cinco euros llegas a casa repleto de cosas. ¿Cuánto costarán en China, me digo?. Tengo la sospecha de que son gratis. Ninguna de las chinas que conozco, tres, me han informado al respecto. Por cierto, una de ellas, Qiaohua, miturrón, el nombre con el que la bauticé, ya se deja besar. Se está integrando rápidamente. Las chinas y chinos son muy suyos en esto de los contactos corporales. Me lo dijo el manual de atención a esta clase de emigrantes, que no vienen en patera.


Bueno, quedamos en que merodeaba. Y en este día especial sucedieron dos cosas con un significado también especial. Sin mirar, salieron a mi encuentro. La primera la tengo ante mi vista. Allí, en medio del desorden, un libro. Si un libro. Me llamó la atención, lo hojeé, y lo ojeé. Y me lo compré. Hecho. Cuando fui a pagar algunos me miraron. Creo que debo ser el único caso dado, uno, con un libro aquí. Lo más sorprendente es el título. Se llama “Teología de la creación de un mundo en evolución”, de un tal Karl Schmitz-Moormann. Lógicamente no lo voy a copiar aquí, ni siquiera resumir dado que no lo he leído. Su autor se dedicaba a traducir al alemán, y a coeditar los escritos de Teilhard de Chardin. O sea, sin comerlo ni beberlo acabo una vez más cerca del Punto Omega. Estas cosas relacionadas con Dios me dan mucho trabajo. Para un agnóstico, o ateo, que bien mirado todavía no me he encontrado, entretienen algo. Obviamente, Teilhard de Chardin, y el tal Karl Schmitz-Moormann se preguntan cómo puede entenderse la interpretación cristina de que este universo es creación de Dios. (veis, Dios con mayúscula). Parece ser que el resultado es un planteamiento innovador y un modelo de reflexión teológica enfocado con gran precisión. Ojo, copio de la contraportada.


Y ahora a centrarse, los múltiples objetos de la tienda tipo todoacientodoauneuro continuaban asaltándome. Laurie Anderson ya no resultaba una defensa eficaz (aunque me casaría con su voz). No voy a describir todo o que veía, ni siquiera a enumerarlo, pero algo llamó mi atención de nuevo. Allí, perdido entre un lote de botellas de Ribera del Duero a muy buen precio, había un par de botellas, o dos pares, de un vino dulce español tipo málaga virgen, llamado Issabella. Toma ya. Estaba convencido que el día era definitivamente especial. Apliqué mis neuronas a trabajar y me dije que me apetecía. El ala radical de mi sistema neuronal, mucho más racional me ordenó, taxativamente, que no se me ocurriera comprar ni una botella, que a ver, que iba a hacer con la de Vintage Port 1980, de Port Wine Growers, sin consumir o con la del Harveys Bristol Cream, de la azulada botella.

Por una vez, triunfó la razón, lo que es raro en mi caso. Me quedó un ligero resquemor, tal vez debiera haberme llevado a Issabella para casa, allí estaría bien. Bueno, me queda el consuelo de que podré volver a buscarla. Como la vida tenía que continuar, me fui a la caja y pagué en la tienda tipo todoacientodoauneuro la cantidad de tres euros. Conmigo habían hecho el día, se habían quitado del medio a Karl Schmitz-Moormann. Creo que todavía me lo estarán agradeciendo. El libro parece interesante. Ahora hojeando y ojeando, veo que al final hace una serie de preguntas para ver si lo he entendido (¡estos jesuitas!). Por ejemplo, para el capítulo 5º, una de las preguntas dice “¿Cómo podría permitir tanto la indeterminación cuántica como la teoría del caos, que el Dios tapa-agujeros sirviese para dar respuesta a preguntas sobre la naturaleza?” o “En que sentido se puede decir que los protones y neutrones ejercen su libertad?” o, para el capítulo cuarto, “¿Resulta acertado decir que, a través de la información, la humanidad ha alcanzado un nivel de semejanza con el Creador?” . Inevitable, otra vez Chardin y Tippler, cada uno con lo suyo.

Resulta inquietante, son doscientas ochenta y seis páginas, aparte las del índice y otras, densas, con letra pequeña, y sin santos con los que distraer la vista. Sobre todo, ¿cambiará algo de mi forma de ver la vida?. Me gusta Omega y Gaia. No se donde quedarme, de momento en Gaia, claro.

Sin embargo, lo del Issabella, está más claro. No lo beberé pero, en venganza, al lado entré en una ferretería para comprar una hembrilla, de esas que se utilizan para colgar cuadros. Pues compré once más, y completé la docena. No las podré beber, pero triunfé sobre el ala radical de mis neuronas. Y me fui. Lo que siguió después no es tan relevante, aparte de tomarme un rueda con una amiga, su hijo y su nieta (que por primera vez no lloró ante mi presencia). Además, a quién le puede importar mi cotidianeidad habiendo asuntos tan importantes como lo del libro y lo del vino dulce.

*

texto: Días especiales - wast 061228
fotografía: Mataleñas, Isla de Mouro y Bahía de Santander
Música: Laurie Anderson - Open up


*
*
*

17 comentarios:

Carlota dijo...

Bien: mañana me levantaré temprano, cogeré el coche, pararé en una cadenatodoacienoauneuro, haré unas comprillas, y me encaminaré a Mataleñas...allí me pondré los auriculares, a Laurie Anderson, comenzaré a leer ese libro taaaaaannnn interesante, mientras me tomo una copita de Isabella, y disfruto de vez en cuando de esas vistas estupendas...lo que no sé es que hacer con las 12 hembrillas...será un día especial, de todas formas...(aunque me temo que no conseguiré encontrar casi nada...bueno, las vistas sí)

Ivana Carina dijo...

Uy, que post, sweety! ;)

Too much information!

Pero lo del libro me encantó!, ojalá que sea tan interesante como lo pintas....

Lo de la bebida, por mi, muy bien!, porque no bebo! :)

Ahora..., lo de las hembrillas.... me perdí! ajajajajaaa!!!

Y acá, antes, ese tipo de lugares se llamaban "Todo por 2 pesos", hasta que el dolar se fue al joraca y chau los 2 pesos! ajajajajaa!

Muy buena la música!!!!

Bye, honey!!
xoxoxoxox

Ivana Carina dijo...

Ah!, me olvidaba....

Que bien que la niña ya no llora cuando te ve! ajajajajaaa!

xoxoxoxox

humo dijo...

No hay nada como no tener nada que hacer, o todo lo que te preocupe sea comprar un tubo de silicona: estás abierto a encontrar cualquier tesoro.

Recuerdo muy poco de la filosofía teológica de Chardin, y en su momento me subyugó; ahora reconozco que para mi fue el puente entre una fe rígida imbuida por las monjas y el agnosticismo.

En Madrid las tiendas de todoauneuro son más frías y previsibles, y siempre que me veo obligada a entrar a una me pongo de mala leche, pero ahora no me voy a poner a explicar por qué; cuestión de convicciones sindicales y políticas, ya sabes.

Creo, con todo, que hiciste mal despreciando a Issabella, aunque quizá estuviera picado, y entonces...

En fin.

Paco Becerro dijo...

Recuerdo a Laurie, casada con Lou Reed, en su maravilloso Oh Superman, con esa voz tan relajante, en un tema de casi 14 minutos....

Recomendable totalmente.

circe dijo...

Menudos tesoros en el todoauneuro,que en realidad debería ser todoasesentacéntimosdeeuro..(o no). Lo del libro, fijo que les hicisteis un favor,si no seguro que acbaría compensando la cojera de alguna estantería...jeje...Espero que te resulte interante...(nunca se sabe dónde encontrar los tesoros)

Desde mi Atalaya dijo...

Ñoco, que maravilloso es cuando estas yendo a algun lugar con un objetivo..y de pronto algo te desvia, y encuentras estas maravillas, eso es lo que me encanta de meterme en estas tiendas, sobretodo cuando no son previsibles y puedes salir satisfecho de una compra.

Un abrazo,

Soraya

Kiri dijo...

A mi me sorprenden los chinos con las cosas tan diversas que tienen. Es que hacen un estudio de mercado antes de exponer sus productos todos amontonados? Ellos nos conocen mucho más que nosotros. Donde haya un chino haciendo un estudio de marketing que se quiten los norteamericanos.
Que disfrutes de tu libro y de tus hembrillas o alcayatas no?

Anónimo dijo...

Mmmmm, a mí Gaia no acaba de convencerme. Supongo que habrá cosas buenas pero me parece un poco demasiado místico (o cósmico) para mi gusto.
Respecto a dios (con minúsculas en mi caso) pues casi tanto me inquieta la ciencia, y me agobia y me angustia el tema del Universo (con mayúsculas, como Absoluto)
Pero otra cosa me inquieta ¿Encontaste al fín un bote de silicona cuyo tamaño se amoldara a tus necesidades?
Un beso.

Mandarina azul dijo...

Preguntas si esas doscientas ochenta y seis páginas iban a cambiar tu forma de ver la vida.
Lo que sí parece claro es que cambiaron tu día.
Es alucinante qué cosas nos pueden hacer que cambie un día.
Claro que, después de todo, la vida es la sucesión de un día, y otro, y otro... y si los días cambian haciéndose especiales... supongo que su conjunto, la vida, lo mismo.
Maravilloso pequeño mundo, ¿te suena?

:)

irene dijo...

Seguro que hay alguien por ahí, como un loco, buscando el librito por todas las librerías, y ¡mira tú!, estaba en una tienda de todo a cien (así se llamaban antes). Lástima lo del vino, una copita de Isabella y el libro y... ¡quién sabe dónde te hubiesen llevado!.
Un beso.

Le Mosquito dijo...

Después de leer una inquietante y evocadora introducción, me costó llegar hasta el final de tu entrada. Me costó, pero no demasiado esfuerzo.
Pienso, sobre la marcha, si sería bueno para las librerías el alternar entre volumen y volumen alguno de esos artículos inútiles que parecen saciar tanto. Quizás no hubiesen más lectores, pero a lo mejor serviría para revitalizar la costumbre de poner un libro en casa como un adorno más.

yumbotronic dijo...

Vendo tubos de silicona, imitaciones de Issabella, librorretratos de Chardin, Ateismo con Mayúsculas, matrimonios con la voz de Laurie Anderson, recortes sinsentido de las traducciones de Schmitz-Moormann, besos de película a miturrón, matanzas de inocentes...

PD: me he quedado sin hembrillas (tenía 12), se las vendí a un tipo raro con un libro sobre un mundo creativo-teológico-evolutivo.

Saludos al ala radical de tus neuronas, su derrota fue mi Agosto, también con mayúsculas.

Un abrazo,

el de la ferretería todoacientodoauneuro

Anónimo dijo...

Lovely music to accompany a long text, but at the end I could manage to finish it. Too "philosophical" for me, you know.You did well not to take Issabella home, you can always go back to the shop with this excuse.
HH

Tesa Medina dijo...

Nunca he encontrado un libro en esas tiendas, lo que para mí las haría un poco más interesante.

Si eres capaz de leerlo hasta el final y encuentras una prueba de que dios existe, me gustaría enterarme. Sólo por curiosidad.

A mí me inquieta la física cuántica y colgar cuadros que siempre lo hago a ojo, sin medir.

Un relato muy interesante, que abre el apetito para indagar en varios frentes.

Besos, Ñoco.

irene dijo...

Mea culpa, me limité a comentarte sólo la parte jocosa de tu post.
Siento vergüenza de mí, cuando salen escenas como las que comentas en tu primer párrafo y vuelvo la mirada.
Qué poco nos paramos en lo que nos duele. Pero todavía es mucho peor, que nos estemos acostumbrando..
Besos

Juan Tamenela dijo...

Bueno, mientras no te hubiera dado por comprarte el libro de Ana Rosa Quintana, la cosa no es muy grave.